miércoles, 17 de agosto de 2016

Rojo sobre violeta


Cuando conocí el cartel anunciador de la feria y, posteriormente, el programa de feria me decidí a escribir la continuación de “Antequera: no es ciudad para jóvenes”. Finalmente tras ver conocer la actuación del viernes 19 y leer la entrevista de Ana Cebrián, concejala de festejos (cultura y patrimonio), decidí cambiar el título y parte del cuerpo de esto que escribo a continuación. No es que Antequera ahora sea ciudad para jóvenes, que no lo es, sino que trascienden cosas más profundas que no solo afectan a la juventud.

La Feria de Agosto que comienza hoy 17 de agosto no se va a caracterizar por ser una feria para la juventud, porque independientemente que las actuaciones tengan más o menos público (seguramente nos enteremos por las redes sociales en caso de lleno) no se ha contado con ella. Pero esto ya sabemos que es habitual: la participación ciudadana en Antequera suspende. En Antequera participan quienes tienen intereses económicos o son parte en la administración. Véase en la entrevista del pasado sábado en La Crónica: “lo votamos en la Fundación Municipal de Cultura” o “hablamos con los caseteros”. Hoy en día es muy fácil fomentar la participación ciudadana, existen medios que sin coste alguno nos permiten conocer la opinión de la ciudadanía. El problema es que falta voluntad política y es mucho más cómodo echarle la culpa a la gente y decir que si se hiciera nadie participaría, porque ya sabemos que la verdad absoluta está de mano del PP desde que gobierna y quienes pensamos que Antequera puede ser mejor y diferente, somos anti-antequeranos y estamos urdiendo un complot para empañar la majestuosa actuación del gobierno del señor Barón.

La feria empieza con el descubrimiento de una placa conmemorativa a “El Pana”: una persona que ha dedicado su vida al maltrato animal y de escasa conexión con la ciudad. Además se descubrirá la fachada de la nueva capilla. Para mí, está muy claro, cualquier inversión en la plaza de toros debe estar enfocada hacia nuevos usos lejos del maltrato animal. La tauromaquia es un espectáculo con fecha de caducidad en España, más en Antequera, donde en esta feria se han reducido a dos los espectáculos de la tortura animal, para teñir Antequera de machismo y sangre, bajo la utilización ilegal del logo de la UNESCO en la cartelería.

No quiero extenderme más, pero no puedo pasar por alto la actuación estelar de la feria, Juan Magan, presentado con mucho ocultismo y a bombo y platillo, y que en palabras de Ana Cebrián “no tiene nada que enviar a Beyonce”. Somos muchas las personas en esta ciudad que, de diversas formas, luchamos contra el machismo y todas sus formas de violencia para tener que pagar con nuestro dinero a un “artista” cuyas letras están llenas de machismo.
Para terminar la feria y como colofón final, se recuperan los fuegos artificiales. Se recuperan como sinónimo de una economía boyante, aunque la deuda del ayuntamiento siga dando miedo. Miedo que también pasan los animales en estos espectáculos.
Sin duda, esta feria no es la mejor forma de presentar nuestros bienes recién incorporados a la lista de Patrimonio Mundial. El poco violeta que tiñe Antequera, una de las puertas al futuro de Antequera, se ha teñido de rojo: de la sangre de las mujeres asesinadas y olvidadas en las letras de Magan y la de los toros en la plaza.




P.D.: no he querido dedicar ningún párrafo al botellón porque merece una entrada solo para él. Sólo voy a decir dos cosas: botellón no es sinónimo de borrachera y miren los precios. Es muy fácil hablar con el bolsillo lleno.

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